¿Qué es la mimografía?

Es esencial dedicarle una buena cantidad de tiempo a una parte muy importante de tu cuerpo. ¿Tus manos? ¿Tus dientes? En este caso, no… ¡nos referimos a tus pechos! Por ello hoy, en Tocabananas te explicaremos qué es la mimografía.

En una primera instancia, podría definirse a los pechos como los encargados de producir leche materna cuando la mujer tiene un bebé. Pero evidentemente, además de eso son una fuente inagotable de placer. Incluso, podrías llegar al orgasmo a través de los pechos. Y por ello, tienes que cuidarlos mucho.

La prevención de los pechos es una mimografía

Esta práctica, la mimografía, consiste sencillamente en la revisión de tus mamas. Y la haces porque te mimas, porque te tienes muy en cuenta. Y gracias a ellos podrás conocerte mucho mejor y cuidar de tu salud.

Por lo tanto, una mimografía es observar primero, y luego tocar, acariciar, y en definitiva mimar tus pechos. ¿El objetivo? Explorarlos y cuidarlos, sintiéndote de manera armoniosa con tu cuerpo, descubriéndolo y queriendo cada parte del mismo.

¿Te has puesto a pensar que hay un tipo de pechos como personas que los tienen?

Las diferencias son miles, de tamaños, colores, formas, asimetrías y texturas. Todos los pechos son bonitos, e igualmente precisan cuidados.

Tus pechos son únicos, y por tal motivo es fundamental que los conozcas bien. Como nadie en el mundo.

Qué debes hacer para una buena exploración de mamas

Tienes que tenerlo presente en tu calendario. Si eres olvidadiza, apúntalo en tu agenda.

Al llegar a ese momento, desnúdate de frente a un espejo, y mira tus pechos. Imagina que necesitas dibujarlos. Ten en cuenta sus formas, las posibles diferencias entre uno y otro. También su color, el tipo de piel y la forma de tus pezones. Nota también cómo cambia su aspecto al levantar tus brazos y al tenerlos caídos.

Tienes que repetir este ejercicio una vez por semana. ¡Cambian según el momento de tu ciclo menstrual!

Cuando se está acercando el período de la ovulación, vas a notar que tus pechos están más firmes. Después de ésta, es habitual que los veas más grandes, incluso inflamados. También es normal que antes de la menstruación y durante los primeros días se agranden, ya que se preparan para un posible embarazo. Y sobre el final del periodo, se vuelven más pequeños: es el mejor momento para realizar la exploración.

La hora del masaje a tus pechos

Después de observar tus pechos en el espejo, es el momento de que empieces a mimarlos.

Te recomendamos que uses un poco de crema hidratante, aceite para masajes o un lubricante a base de agua. ¡Será el complemento ideal para acariciar tus pechos!

La mejor forma de empezar es usar tus dedos índice y corazón para acariciarlos, arrancando desde la zona del escote y siguiendo por los pechos, con mucha suavidad. Recuerda pasar por las aureolas y los pezones, acariciándolos en círculos, primero uno y después el otro. Cambia las formas, haz un ocho, un zigzag, ve de arriba abajo. Y tienes que extender el masaje de forma progresiva, desde la clavícula y pasando por tu axila.

No escatimes en el uso del aceite, emplea tanto como necesites. Poco a poco, empieza a ejercer distintas presiones sobre tus pechos… ¡nunca de forma brusca, siempre con suavidad!

Considera este momento como un premio que te regalas después de un día agitado. Conocerte y tocarte le dará un subidón a tu autoestima. Y más allá del beneficio saludable que esto te aportará… ¡también puedes considerarlo como un sensual momento erótico en forma de masaje!

Cómo hacerte una autoexploración

El primer paso está hecho: conocer tus pechos. Entonces llega la hora de explorarlos “con lupa”, ya que sólo así podrás advertir posibles señales de peligro, minimizando los riesgos.

¿En qué se basa la autoexploración?

En palpar tus pechos en diferentes direcciones, para tener la posibilidad de detectar bultos inusuales.

La recomendación es autoexplorarse una vez al mes desde los 20 años. Evidentemente, en caso de notar un bulto inusual, debes acudir a tu centro de salud. El mejor momento para realizar esta prueba es después de la menstruación.

¿Qué tienes que detectar a través de la autoexploración?

Bultos o cambios. Pero la aparición de estos no tiene que significar necesariamente que algo va mal. Hacerte un autoexamen manual es vital para que estés al tanto de los cambios en tu cuerpo.

Pero es evidente que nunca sustituye a una mamografía o ecografía de pecho (la primera, se recomienda hacer a partir de los 35 o 40 años).

Ve a tu centro médico en casos de:

  • Cambios en el pezón o en los pechos
  • Líquido que sale del pezón fuera del periodo de lactancia
  • Crecimiento de venas en el pecho
  • Cambios en la textura de la piel
  • Inflamación en la axila

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