Unas esposas, un antifaz, un atizador, un arnés de cuero negro… Toda esta parafernalia encaja perfectamente en un kit de prácticas BDSM. Pero, ¿qué hay detrás de esas siglas? ¿Qué prácticas sexuales esconde este acrónimo? Descubre los juegos sexuales menos convencionales y más excitantes que cada vez practican más hombres y mujeres.
Hay quienes se lanzan a hacer tríos, pero cuando hablamos de prácticas como el sadismo o el bondage, se lo piensan dos veces. Sin embargo, hay ciertos aspectos acerca del BDSM que son tan positivos como desconocidos. Un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine por Andreas Wismeijer y Marcel van Assen revela que las personas que practican BDSM son “menos neuróticas, más extrovertidas y más abiertas a nuevas experiencias”, además de que les importa menos sufrir el rechazo de los demás, es decir, que les preocupan menos las críticas del resto de la gente. En definitiva, que en contra de lo que generalmente se ha asociado a los seguidores de estos juegos de servidumbre, estas personas son mentalmente más equilibradas que la gente que no lo practica.
¿Qué es BDSM como práctica sexual?
Las conclusiones extraídas por los psicólogos Wismeijer y Van Assen son, cuanto menos, sorprendentes, ya que, lo que es innegable es que las seis prácticas sexuales que hay detrás de las siglas BDSM no son las más habituales y, a muchas personas les da cierto respeto, cuando no rechazo. Vayamos paso a paso para entender bien de qué estamos hablando y así tomar una postura con criterio.
BDSM son las siglas de Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. Un ramillete de prácticas sexuales que generalmente se han asociado con la perversión y con la búsqueda del placer sexual a través del dolor. Sin embargo, esto no es así. En realidad, se trata de juegos sexuales en los que prima el respeto y el consentimiento mutuo. En este tipo de actividades es crucial establecer previamente unas reglas que jamás se vulneran. La pareja o el grupo de personas que han decidido tener una sesión de BDSM llega a acuerdos previos acerca de qué se va a hacer, hasta dónde se puede llegar y con qué intensidad se va a practicar. Además, todo el mundo debe respetar la libertad del otro de abandonar en mitad del encuentro sexual. No hay obligación de llegar hasta el final.

¿Qué significa cada término de BDSM?
Aunque la mayoría de las personas se hacen una idea general sobre qué son las prácticas BDSM, también es verdad que muchas veces no es la idea correcta. Veamos qué hay detrás del Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo:
- Bondage: Es una palabra de origen francés que significa esclavitud, y que en el ámbito de la sexualidad, según los expertos, se utiliza para describir todas aquellas prácticas sexuales que tienen que ver con la inmovilización de la persona. Las cuerdas, mordazas o las esposas son elementos protagonistas en el bondage. También los columpios sexuales, los antifaces… En fin, los accesorios para estas prácticas sexuales son infinitos.
- Disciplina: Se podría describir como las normas y hábitos que una persona (el sumiso) acepta como parte de su “adiestramiento”. Este tipo de práctica sexual puede incluir castigos. De nuevo, insistimos en que este juego de roles está aceptado por los participantes, quienes deciden qué prácticas se harán y dónde están los límites.
- Dominación: Al otro lado de la parte que obedece, está el dominador. Este papel está encarnado por la persona que se ha decidido que tenga el control de la situación. Él o ella es el que “obliga” a la otra parte a hacer determinadas prácticas, ya que ha decidido voluntariamente someterse a sus órdenes. En estos juegos se suelen usar, azotadores, fustas y palas.
- Sumisión. El papel de sumiso en los juegos de dominación lo ejerce el que se somete al dominador. El sumiso disfruta en su rol permitiendo ser dominado por su compañero de juegos sexuales.
- Sadismo. Tanto el sadismo como el masoquismo son dos de las actividades sexuales más directamente relacionadas con el dolor como fuente de placer. En el caso del sadismo, se trata de sentir placer al infligir dolor físico o psíquico a la otra persona.
- Masoquismo. Esta práctica sexual es la que complementa al sadismo. Y es que como ya apuntábamos en la descripción anterior, el masoquismo está íntimamente vinculado al dolor como estimulante sexual. Los masocas sienten placer sexual ante el dolor propio.

Cómo iniciarte en el BDSM
En Tocabananas defendemos la idea de lo saludable que es explorar nuevos territorios sexuales. Por esta razón, te animamos a que pruebes algunas de los placeres eróticos menos convencionales. Aunque, a priori, palabras como bondage, disciplina, sadismo o masoquismo, pueden infundir cierto respeto, incluso, rechazo, lo cierto es que en el BDS, como en casi todo, hay diferentes niveles e intensidades. Esto significa, que puedes probar una sesión de bondage con unas esposas, un antifaz y una mordaza, para una noche excitante y diferente, o puedes “cogerle el gusto” y convertirlo en tu estilo de vida. Sea lo que sea, te recordamos que junto a las siglas BDSM, hay otras más importantes, SSC, que hacen referencia a unas prácticas Seguras, Sensatas y Consensuadas. Y es que, como dicen las expertas de Tocabananas, el límite ha de ser siempre consensuado.