El Punto P, ese “gran desconocido” de las zonas erógenas masculinas. Todo lo contrario que ocurre con el Punto G, la zona erógena femenina que ha estado décadas vista con un mito, una especie de fantasía sexual que para unos existía y para otros era un invento fuera de la realidad. Sin embargo, el Punto G, existe, y el Punto P (su versión masculina), también. En este post te mostraremos dónde está, cómo se puede estimular y qué sucede cuando lo haces correctamente.
La gran mayoría de los hombres desconocen la existencia del Punto P y, mucho menos son conscientes de que si se estimula correctamente podrían llegar a experimentar uno de esos orgasmos que hacen historia. De modo que, pensando en ellos, vamos a explicar breve y sencillamente algunas de las cuestiones relacionadas con el Punto P.
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¿Qué es el Punto P?
Empecemos por el principio. ¿Por qué se llama Punto P? La respuesta es sencilla. La letra P hace referencia a la próstata, una glándula presente solo en los hombres. Este órgano es del tamaño de una nuez aproximadamente, y se encuentra por debajo de la vejiga, rodeando la parte superior de la uretra (conducto por el que se expulsa la orina).
Bien, sabemos dónde está. Pero, ¿para qué sirve? La próstata produce gran parte del semen que forma la eyaculación. Ésta se hincha cuando un hombre está excitado y es justo en ese momento que si la presionas llega un súper placer que produce unos orgasmos de escándalo.
Así que, está claro. Busquemos la manera de alcanzar esta glándula amiga dispensadora de placer y disfrutemos con ello. En principio, hay dos maneras de estimularla, con la mano o utilizando un juguete sexual, un estimulador prostático, consoladores, dildos, algunos plugs anales… Lo más importante es que han de tener la longitud suficiente para alcanzar la próstata (a unos cinco centímetros del ano) y una curvatura específica para que pueda tocarla sin problemas.
¿Cómo estimular el Punto P con los dedos?
Como decíamos unas líneas más arriba, la próstata se encuentra a unos cinco centímetros del ano. Así que, nuestro objetivo no se encuentra muy alejado. De hecho, puedes alcanzarlo con los dedos, aunque no es necesario, ya que, según los expertos basta con masajear el perineo (zona que se encuentra entre los testículos y el ano y que está repleta de terminaciones nerviosas). Ejerciendo presión en esta área, ya vas a experimentar un placer indescriptible.
Incluso, bastaría con que presionaras el ano desde el exterior, sin necesidad de introducir ni los dedos ni un dildo o un vibrador. Puedes masajear esta zona con uno o dos dedos en círculos con algo de presión. No son caricias, si no un masaje erótico que puede estimular de forma indirecta la próstata y provocar un intenso orgasmo.

¿Cómo estimular el Punto P con un juguete sexual?
La estimulación prostática se puede conseguir con los dedos y tu destreza manual, como acabamos de ver, pero también con un juguete sexual. Los fabricantes de este tipo de productos han diseñado infinidad de artilugios con una sola idea: estimular la próstata y provocar orgasmos. Se trata de los estimuladores prostáticos.
Dos factores son la clave para que un estimulador prostático cumpla lo que promete: la longitud adecuada y la curvatura necesaria. Y es que, la próstata está situada a unos 5 centímetros del ano, así que, la longitud del estimulador debería tener esa medida como mínimo. Por otro lado, al estar en un lateral del conducto anal, es necesario que el juguete no sea recto, sino que tenga una curvatura específica.
Otro de los aspectos que no puedes pasar por alto es que todos los juguetes que utilices para la estimulación de la próstata deben tener un “tope” en el extremo, tal y como tienen, por ejemplo, todos los plugs anales, o el extremo de las bolas anales, ya que es la manera de evitar que el estimulador se introduzca del todo en el conducto anal y tengas que recurrir a un centro médico para sacarlo.
Por supuesto, en el sexo anal es fundamental el uso de un buen lubricante, ya que el conducto anal no lubrica de forma natura. Así que, para disfrutar de unas penetraciones suaves y placenteras es imprescindible recurrir a este tipo de productos.
Por último, recuerda que todos los juguetes eróticos, incluidos los enfocados al sexto anal, han de limpiarse correctamente después de cada uso. La mayoría de las veces puedes usar para ello agua tibia y jabón neutro, o bien puedes utilizar un producto específico para la limpieza de juguetes sexuales. Incluso puedes hacerlo con un desinfectador. De esta manera, dejarás el estimulador en perfectas condiciones para tu próxima sesión de placer y, de paso, habrás reducido la posibilidad de contraer algún tipo de infección.