¡Convierte un domingo cualquiera en uno súper especial con un “Kamasutra de domingo”! En ocasiones, no sabemos muy bien en qué ocupar el fin de semana. Te proponemos uno de los pasatiempos más placenteros y entretenidos que se nos ocurre. Le hemos llamado: Kamasutra de domingo, y básicamente consiste en una pequeña selección de posturas que puedes poner en práctica con tu pareja para disfrutar del sexo sin preocuparse de mirar el reloj, sin prisas,, disfrutando cada minuto…
Con este post tratamos de darte algunas ideas para sacarle el máximo provecho a tus domingos. Y quien dice domingo, dice cualquier otro día de la semana que tengas libre de obligaciones profesionales. ¡Es vuestro día! ¡Disfrutadlo!
Tabla de contenidos
El misionero, para romper el hielo
Esta es una de las posturas más conocidas y también una de las más sencillas, lo que no le resta ni un ápice de placer y sensualidad. De hecho, pensamos que, precisamente por ser una de las más sencillas de realizar, puede ser también una de las posiciones con las que podríais empezar la sesión de Kamasutra de domingo.
Para los novatos, describimos brevemente en qué consiste. La persona con vulva se tumba en el suelo o en la cama, lo que prefiera, boca arriba y con las piernas semiflexionadas, y el que penetra se pone encima. El contacto visual es la mejor manera de calentar (aún más) el ambiente. Os recordamos que el uso de lubricante intensifica y mejora siempre las relaciones sexuales. Podéis escoger uno con base de agua o con silicona.
El perrito y la doble penetración
Aprovechando la postura del misionero, la persona que está debajo se da la vuelta y se pone boca abajo, a “cuatro patas”. El que penetra está detrás de ella a la altura de las caderas. En este caso, la idea es que practiquéis la penetración vaginal. Ahora bien, esta postura también es perfecta para el sexo anal. Es una opción más para elegir. Y por supuesto, también os queda la penetración doble. Eso ya son palabras mayores… Para ello, el que penetra puede usar su pene para la vagina y un juguete sexual, como, por ejemplo, un plug anal. Y para sacar nota, la persona que está debajo también puede estimularse a sí misma el clítoris. De este modo, nos plantamos en la triple estimulación. (¡Memorable!)
La cucharita, para tomarse un respiro
Esta postura, en principio, es más relajada que la anterior. De modo que puede servir para descansar un poco después de la pasión de hace un momento. La cucharita también es un clásico imprescindible en cualquier dormitorio. ¿En qué consiste? Ambos se tumban de perfil, uno delante del otro. Al quedar los brazos libres, la persona que está detrás puede usar las manos para acariciar las zonas erógenas de la pareja, como, por ejemplo, la nuca, los pezones y, por supuesto la vagina y el clítoris.
Es una postura genial para masturbar el clítoris de la pareja. El orgasmo no tardará en llegar. Y es que, aunque hay muchas maneras de experimentarlo, se estima que más del 75% de las mujeres necesitan de la estimulación del clítoris para tener un orgasmo.
Ahora ella es la que marca el ritmo…
A continuación, os proponemos una postura en la que la persona con vulva es la que marca el ritmo, la velocidad y la intensidad de la penetración, mientras él es la parte más pasiva de la postura. ¿En qué consiste? Muy sencillo. Él se sienta en el suelo con las piernas estiradas y ella se sienta de lado sobre su miembro, como si le estuviera acunando. Es posible que esta postura resulte un pelín complicada… Eso sí, si sale bien, el placer es indescriptible.
De todas formas, no hay que perder de vista que hemos venido a pasarlo bien, sin presión… Así que, si no lo vemos claro, lo mejor es escoger otra postura más sencilla con la que nos sintamos más cómodos.
Para acabar, echamos la vista por la ventana…
Os proponemos una postura sencilla y de lo más resultona. Coge unos cuantos cojines y amontónalos hasta formar un pequeño muro. Ahora la mujer apoya el pecho sobre el montón, como si se asomara por una ventana. Él se echa sobre ella y la penetra. Puede hacerlo de forma vaginal o anal, lo que más os apetezca. También puede ponerse de rodillas y practicar un cunnilingus… Estamos seguros de que a ella no le importará…
Crear un ambiente que invite al sexo
Al margen de las posturas que escojáis, os aconsejamos que cuidéis los detalles. Por ejemplo, una magnífica manera de crear un ambiente que invite al sexo es colocando unas cuantas velas eróticas y barritas de incienso por la habitación donde estéis. También podéis comenzar con un sensual masaje en los pechos hecho con aceite.