¿Te excita ver, tocar, lamer, e incluso, oler los pies? La excitación sexual a través de los pies no es cosa de unos pocos “raritos”, ni mucho menos, el fetichismo de los pies es mucho más habitual de lo que pensamos y, por supuesto, no se trata de una enfermedad o trastorno sexual. Simplemente es la atracción sexual provocada por los pies. Se podría decir que los fetiches socialmente aceptados son el pene, los pechos o la vagina, y que otros, como los pies, “juegan en segunda división”. Sin embargo, desde Tocabananas nos gustaría recordar que el sexo no está solo en los genitales, puede estar en cualquier otra parte del cuerpo, del mismo modo, que las relaciones sexuales no deberían reducirse al coito, ya que existen infinidad de posibilidades como las caricias, besos, lametones, etc., tal y como defienden los practicantes del petting.
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Los pies, el fetiche ganador
Puestos a tener un objeto fetiche, sin duda, los pies se llevan la palma. Un trabajo realizado por la empresa de condones Skyn realizó una encuesta entre 5.000 hombres y mujeres de entre 18 y 34 años sobre sus hábitos sexuales y respecto al fetichismo se llegó a una clara conclusión: El fetiche más común entre los milenials son los pies. La mayoría de los jóvenes aseguraba que les excitaba verlos, tocarlos, lamerlos y olerlos. Otro dato: los hombres, en general, son bastante más amantes de los pies que las mujeres.
En la mayoría de los casos, cuanto alguien es fetichista de los pies, lo es también de los zapatos. Eso sí, no nos referimos a unas simples y gastadas zapatillas de correr, si no a unos elegantes zapatos de tacón, cuanto más alto y fino, mejor.
Muchos os preguntaréis qué es lo que tienen los pies para que se conviertan en el objeto del deseo de alguien. Bien, no es fácil encontrar una respuesta que aclare esta cuestión, pero lo que sí hemos podido leer es que, según algunos neurólogos, esta excitación no convencional por los pies se debe a que la zona de los genitales y de los pies están al lado la una de la otra en el cerebro.
Así es una sesión de sexo “podal”
Como cualquier otra parte del cuerpo, antes de nada, es importante asegurarse de tener unos pies limpios, hidratados y perfectamente cuidados. Para muchas personas, los pies son una parte del cuerpo fea. Sin embargo, ese calificativo se podría mejorar si les damos un buen repaso a los pies haciéndonos una buena pedicura.
Después, aplícate un aceite de masaje erótico o un lubricante a base de agua para poder masajear la zona con comodidad. La idea es que los dedos se deslicen fácilmente por el empeine, entre los dedos o el talón. Piensa que el clítoris tiene alrededor de 8.000 terminaciones nerviosas, lo que explica la gran sensibilidad de la zona, pero, los pies no se quedan atrás, ya que tienen alrededor de 7.000 terminaciones nerviosas, lo que también explica lo mucho que nos gusta un masaje en los pies.
Una buena idea es comenzar con un masaje, despacio, variando la presión en cada una de las zonas, con pequeños círculos en las falanges y cambiando de dirección de tus dedos sobre la planta del pie. En este caso, igual que cuando se hace una felación o se masturba a una mujer, es importante preguntar a la pareja qué es lo que le gusta y si está disfrutando con lo que le estamos haciendo.
Además de dar placer con las manos, puedes dar un paso más y atreverte a usar la boca. Se abre la veda a los mordisquitos, lametones, besos… Échale un ojo a su rostro y podrás comprobar cómo está disfrutando con esta sesión de sexo que podría convertirse en la antesala de otro tipo de actividad sexual… esa que tiene lugar un poco más arriba.
¿Cómo practicar sexo con los pies?
Hemos visto que puedes dar rienda suelta a tu fetichismo de los pies acariciando, besando y masajeando los pies de tu pareja. De esta manera, ambos disfrutaréis. Ahora bien, también es posible dar placer con los pies. ¿Cómo? Ahí van un par de ideas, puedes dar un masaje en la espalda a tu pareja utilizando los pies, o también puedes masturbarla. En ambos casos, es muy importante que previamente hayas aplicado un buen lubricante en los dedos de tus pies. De esta manera, se deslizarán más fácilmente y se intensificarán las sensaciones de placer.
Especialmente delicada y sensible es la zona de los genitales, así que deberías tener mucho cuidado para no pasar la línea que separa el placer de la molestia, o incluso el dolor. Eso sí, si lo haces bien, a partir de ahora, tu pareja mirará tus pies de otro modo.