Dirty Talk: Cómo y por qué incluirlo en tus relaciones

Susurrar palabras picantes al oído cuando estás en plena faena puede ser una de las técnicas más eficaces para excitaros en la cama. ¡Deja atrás la vergüenza y métete en situación! Si no lo has hecho nunca, puede que te resulte raro, incómodo, e incluso, violento. Ahora bien, también puede que te sorprenda y que esas “palabras sucias” de tu pareja sean la chispa que encienda tu deseo sexual y lo lleve a cotas hasta ahora desconocidas.

El placer también entra por el oído

El poder de la palabra es algo indiscutible. Lo que decimos y, sobre todo, cómo lo decimos influye mucho en nuestros sentimientos. Esta afirmación incluye el ámbito de las relaciones sexuales. Y es que, lo que decimos a nuestra pareja, tanto si estamos en los preliminares como si ya hemos entrado en faena, tiene el poder de multiplicar el deseo sexual y la excitación como cualquier juguete sexual, o bien de desinflarnos y dejarnos solo con ganas de dar por finiquitado el encuentro.

Ahora bien, ¿Qué es lo que dices a tu pareja cuando tenéis relaciones sexuales? ¿Se podría decir que son palabras bonitas y románticas? ¿O más bien te vas por derroteros más sucios y picantes? Un estudio reciente de los Archives of Sexual Behavior reveló que el 92% de los encuestados pronunciaba palabrotas o palabras cariñosas durante sus relaciones sexuales. De este dato se deduce que el placer también entra por el oído. Hablar durante el acto sexual se ve que es una costumbre muy extendida entre las personas.

Susurra palabras subidas de tono

Tanto en los preliminares como cuando ya estamos en el punto álgido de una relación sexual es habitual que hablemos. Unos expresan lo mucho que les gusta lo que les están haciendo, otros que por nada del mundo deje de hacerlo y otros tantos que mejor no siga por ahí. Ahora bien, dentro de este mundo del sexo y las palabras, el dirty talk va un paso más allá. En esta práctica, decimos y escuchamos palabas picantes, transgresoras, incluso insultos. Son expresiones que fuera de este contexto no resultarían en absoluto bien acogidas, y mucho menos, excitantes.

La clave del dirty talk no es tanto lo que se dice como la forma en la que se dice. El tono con que se susurra cada frase hace que nos vengamos a arriba o bien que nos moleste tanto que no queramos continuar con el acto.

Avanza poco a poco

Si no lo has practicado nunca, ¿crees que te sentirías cómod@ diciendo o escuchando “palabras sucias”? Es posible que la primera vez te resulte forzado y que sueltes frases un tanto “precocinadas” que suenan a falso. Pero, si empiezas poco a poco, y de forma progresiva vas subiendo el tono, estamos seguros de que acabarás convirtiéndote en todo un expert@ en el Dirty Talk.

Por otro lado, recuerda que cada persona es un mundo y lo que a unos les parece excitante, a otros le puede resultar hiriente o humillante. Eso solo lo sabrás cuando lo hayáis probado al menos una vez. Ese será el momento en el que ha de hablarse acerca de si es el tono más adecuado, o si mejor desterráis la idea de deciros ese tipo de cosas. No a todo el mundo le tiene que gustar.

¿Por qué hacer Dirty Talk?

Si os estáis planteando el Dirty Talk como una opción para subir la temperatura, toma nota de los siguientes aspectos. Hemos recogido algunos de los beneficios que tiene no usar filtros a la hora de decir palabras picantes a tu pareja:

  • Aumentaréis el deseo y la excitación.
  • Os ayudará a salir de la monotonía.
  • Reforzaréis la complicidad.
  • Mejorará la comunicación.
  • Os ayudará a conocer mejor qué os gusta y cómo os gusta.
  • Seréis los protagonistas de vuestra propia historia.
  • Es una forma de reafirmar que os sentís bien.

Soft Dirty Talk y Hark Dirty Talk

Si te resulta demasiado duro el vocabulario extremo que se usa en el Dirty Talk, piensa que, como en todo, hay grados. Puedes optar por frases suaves en las que ambos os sintáis más cómodos o bien palabras realmente duras, si es que os va lo “hard” (duro, en inglés).

Partiendo de esta idea, los expertos han hecho esta sencilla clasificación del Dirty Talk, que distingue dos versiones, una más suave que la otra.

  • Soft Dirty Talk. Esta práctica incluye palabras más suaves y dulces. Por ejemplo: “Me pones a cien”, “Me encanta lo que me estás haciendo…”.
  • Hard Dirty Talk. En este caso se utilizan palabras más duras. En ocasiones, incluso son palabrotas e insultos que fuera del contexto sexual en el que estamos, sería motivo de ofensa, y que, sin embargo, cuando se pronuncian en el lugar adecuado y en el tono correcto son un auténtico afrodisíaco.

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